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EFICIENCIA ENERGÉTICA EN EL HOGAR


Por Rubén Montesinos

Como hemos observado en anteriores publicaciones, el efecto del ser humano está cambiando y modificando los ecosistemas y hábitats naturales del globo terráqueo. En la actualidad, y sobre todo en los países desarrollados tenemos cuanto necesitamos a nuestro alcance, la capacidad de cubrir necesidades, tanto primarias como secundarias, es muy alta, a diferencia del resto de personas que no tienen acceso a agua, electricidad o un hogar en el planeta.

Uno de los aspectos que se han hecho más cotidianos y forman parte de nuestro día a día, es la electricidad, la cual fue descubierta hace más de dos siglos por Alessandro Volta. Actualmente la electricidad es esencial para nuestro día a día: iluminación, funcionamiento de electrodomésticos, calefacción, facilidad de transporte… Sin embargo, muchos de nosotros no somos conscientes del privilegio que tenemos, y por despreocupación o desconocimiento, no tenemos presente las consecuencias de nuestras acciones o decisiones.

En primer lugar, para medir el consumo energético de cada aparato, debemos tener claro dos conceptos, la potencia eléctrica que necesita (Vatios [W], Kilovatios [kW], Megavatios [mW]…) y el tiempo que se usa (horas). La combinación de ambos nos da la unidad de energía eléctrica, el kilovatio-hora (kWh), que es la energía necesaria para suministrar una potencia de 1 Kilovatio durante una hora. Sabiendo estos conceptos, podremos calcular el consumo de cada electrodoméstico del hogar, fijándonos en el manual o etiqueta, donde se indica la potencia a la que trabaja. También existen medidores de consumo eléctricos, cuyo objetivo es monitorizar el consumo de energía de un aparato o conjunto de aparatos.

El consumo doméstico de energía depende de factores como el nivel de vida del país, el clima, la edad, la ubicación o el tipo de residencia. En España, consumimos la quinta parte de toda la energía a nivel nacional en los hogares, cada uno de estos consume una media de 9.922 kWh anualmente, lo que supone una media de 990 € anuales. La totalidad anual de este consumo equivale a 0,85 toneladas de petróleo, cantidad que es bastante elevada para una sola unidad familiar.  España es un territorio de climas muy cambiantes y de ello depende en gran medida el consumo energético, ya que la calefacción suele representar la mitad del consumo medio a nivel nacional, sin embargo, en zonas más frías, puede llegar hasta el 75 %. Otro aspecto de peso que determina nuestro consumo de energía es el tamaño de la vivienda, donde las viviendas unifamiliares son las que más consumen (15.513 kWh) a diferencia de pisos o bloques de viviendas (7.544 kWh).

Para llevar un control del consumo energético en el hogar, debemos de tomar algunas medidas o precauciones para no desperdiciar energía y a su vez, ahorrar dinero:

-         Apagar las luces: como hemos dicho la electricidad es un bien que no valoramos, y dejar luces encendidas por la casa es un gasto de energía totalmente innecesario y que más tarde tendremos que asumir su coste.

-         Bombillas de bajo consumo o bombillas led: este tipo de bombillas tienen muchos beneficios: mayor duración de la vida útil, ahorro de energía y de dinero, no contienen partículas nocivas para el ser humano… Es verdad que tienen precios más elevados, pero en el corto plazo verás resultados. Una bombilla led de 14 W equivale a una de bajo consumo de 20 W y a una incandescente de 100 W.

-         No al Stand by: estos aparatos o electrodomésticos, como la TV, creemos que dejan de consumir electricidad cuando los apagamos, pero sin embargo siguen consumiendo energía cuando tienen algún piloto encendido o te muestran la hora. Una de las prácticas que facilitan y fomentan el ahorro, son el uso de regletas con interruptor, el cual se apaga y nos aseguramos de que por esta salida no corre electricidad. Esto también vale para cargadores de aparatos, como móviles, que se dejan enchufados y que además de consumir energía, suponen un riesgo de incendio evitable. Estos gastos innecesarios suponen más de un 2% de todo nuestro consumo, mismo consumo anual que el horno y más que el ordenador de sobremesa.

 

-         Calefacción y Aire acondicionado: como hemos mencionado, la calefacción supone uno de los mayores gastos si hablamos de consumo energético. Para un uso eficiente, debemos de poner la calefacción a 21 grados en invierno y el aire acondicionado a 26 grados en verano, tu salud y tus finanzas lo agradecerán. Por supuesto, siempre que se salga de casa se deben de apagar ambos aparatos. Otra técnica que podemos usar para aprovechar todo el calor emitido por la calefacción, es colocar paneles reflectores detrás del radiador, para que la energía no se desperdicie. Por último, indicar que un grado más o un grado menos en cualquiera de estos estos electrodomésticos puede incrementar en más de un 20% el coste de estos servicios.

-         Control de la temperatura en el hogar: para controlar y no derrochar energía, debemos de aislar bien las puertas y ventanas, también debemos de aprovechar la luz natural del sol, e incluso cerrar las persianas, en verano por la tarde y en invierno por la noche, así aguantar la temperatura interior de la casa.

-         Electrodomésticos: es muy recomendable usar electrodomésticos con la etiqueta de eficiencia energética A y cuantos más ++, mejor para el medioambiente y para nuestra cartera. En concreto podemos observar medidas para los electrodomésticos que más consumen:

o Secadora: con el clima que tenemos en España, este tipo de aparatos son innecesarios, valdría con colgar la ropa en el exterior o en el interior. La secadora puede llegar a contaminar con 300 Kg de CO2 al año y gasta 40 kWh.

o Plancha: uno de los electrodomésticos que más consumen. Debemos de agrupar gran cantidad de ropa, y evitar encender la plancha para una sola prenda, ya que una hora de plancha equivale a 20 h de TV y 7 h de ordenador.

o Horno: este electrodoméstico supone el 8% del consumo energético en el hogar, por ello debemos de aprovecharlo cada vez que lo encendemos para cocinar el mayor número de alimentos posibles, a su vez debemos de tener cuidado con abrir y cerrar este aparato, ya que puede suponer una pérdida del 20% de su energía.

o Fuegos de cocina: para cocinar también se pueden tomar medidas, por ejemplo, ajustando las sartenes al tamaño de los fuegos o poniendo tapas a las ollas para que se mantenga el calor generado. La olla exprés es una buena solución, ya que cocina en la mitad de tiempo. En cuanto a los fuegos, la inducción puede suponer un 20% menos de consumo que la vitrocerámica convencional.

o Otros consejos serían poner en funcionamiento la lavadora y el lavavajillas sólo cuando haya cargas completas; por otro lado, la nevera no debe estar cerca de una fuente de calor y no debemos de dejar abierta la puerta, ya que puede perder gran cantidad de energía.

-         Placas Solares: desde 2018 se derogó el llamado impuesto al sol, lo que supone una gran alternativa y oportunidad para producir nuestra propia energía. Es cierto, que la instalación de placas solares conlleva una gran inversión inicial, pero en el largo plazo supondrá un ahorro sin límites, ya que la luz del sol es infinita.  Además de producir tu propia energía, la cantidad sobrante podrás venderla a distribuidores y proveedores de servicios.

-         Pilas recargables: las pilas convencionales son muy contaminantes, se estima que una sola pila puede contaminar 600.000 litros de agua. A parte de llevar a cabo un buen reciclado de estos productos, debemos de pretender sustituirlas por pilas recargables, ya que serán más respetuosas con el medioambiente, se pueden reutilizar y a largo plazo será un ahorro.

 

Como se ha podido observar, tenemos muchas opciones para reducir nuestro consumo energético y ser más eficientes en el hogar. Todas estas medidas y muchas más de las que no están en este documento, favorecerán a un consumo moderado, estar en concordancia con el medioambiente y reducir las facturas mensuales y anuales a corto plazo. Está en nuestra mano tomar consciencia y ponernos manos a la obra para conseguir un hogar energéticamente eficiente.

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