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EJERCICIO FÍSICO, SALUD Y ENVEJECIMIENTO (Parte IV y V)por Pablo Mazón

SISTEMA CARDIOVASCULAR

 

Ahora hablaremos del corazón, ese órgano que es como el motor de nuestro cuerpo pues distribuye la sangre por nuestro cuerpo una y otra vez. Gracias a eso se distribuyen todos los nutrientes necesarios y hasta el oxígeno se reparte gracias al corazón. Es por todo esto por lo que debemos ser responsables con nosotros mismos y cuidarnos para que el sistema cardiovascular esté siempre funcionando lo mejor que pueda.

Sin duda el ejercicio físico tiene que ver (como ya supondréis) y puede ser muy beneficioso si está bien prescrito. Aunque no todo vale y si bien la actividad física tendrá beneficios para este sistema, hemos primero de pararnos un momento y analizar más de cerca qué factores afectan al corazón con la edad y como puede el ejercicio físico influir sobre estos.

A medida que envejecemos, el sistema cardiovascular va disminuyendo su rendimiento. Nuestro corazón va perdiendo su capacidad contraerse y el volumen de sangre que puede distribuir por cada latido también disminuye, siendo necesario mayor trabajo para movilizar a misma cantidad de sangre. Se estipula que perdemos un latido de nuestra frecuencia cardíaca cada año desde los 10 años de edad.

El hecho de necesitar más trabajo para movilizar el mismo volumen de sangre por parte del corazón, junto con una menor ayuda por parte del resto de elementos del sistema cardiovascular (arterias, venas, musculatura), implica una mayor resistencia que recae directamente sobre el propio corazón. Esto puede no ser relevante para un individuo en reposo, pero si manifiesta sus efectos a la hora de realizar esfuerzos mayores.

Diversos estudios sobre el tema demuestran que el ejercicio físico de carácter aeróbico aumenta la capacidad de gasto cardíaco en personas mayores en comparación con aquellas sedentarias. A continuación, enumero algunos de los beneficios del ejercicio físico para el sistema cardiovascular:

·         Mayor densidad de los vasos sanguíneos en la musculatura activa.

·         Menor riesgo de lesión o accidente cardiovascular.

·         Contracciones cardíacas más rápidas y aumento del tejido muscular cardíaco.

·         Mayor volumen de sangre por cada latido.

·         Mayor capacidad de recuperación después de un esfuerzo físico.


 

SISTEMA RESPIRATORIO

 

Nuestro corazón mueve la sangre y es fundamental para vivir, pero no es lo único indispensable que necesitamos. El sistema pulmonar, compuesto por las vías respiratorias, los pulmones y los músculos respiratorios, es muy importante puesto que nos permite respirar.

Con el paso de los años y el inevitable envejecimiento, nuestro cuerpo pierde capacidad respiratoria. Esto deriva en:

·         Un menor intercambio gaseoso en los pulmones (absorción de oxígeno y expulsión de dióxido de carbono).

·         Menor volumen de aire en cada respiración

·         Pérdida de fuerza en la musculatura respiratoria (ciertos músculos situados alrededor de la caja torácica ayudan a esta a contraerse y expandirse para asistir la respiración, además de participar para producir movimiento dentro del sistema musculoesquelético).

Esto obliga a al sistema respiratorio, al igual que a su homólogo cardiovascular, a requerir de una mayor frecuencia respiratoria (mayor número de ventilaciones que realizamos al respirar) par poder cubrir las necesidades de aporte de oxígeno para el cuerpo.

El entrenamiento físico podrá evitar en parte este deterioro del sistema respiratorio puesto que ayuda a mantener la capacidad contráctil de la caja torácica (manteniendo la elasticidad de elementos como os pulmones y la caja costal), y además, ayudando a que la difusión de gases en los alveolos (intercambio de oxígeno y dióxido de carbono) se mantenga bastante bien.

Así mismo, el entrenamiento de resistencia puede provocar mejoras en la potencia aeróbica en de manera similar a las que produce en una población más joven. Una actividad física con una intensidad más elevada a la habitual podría conllevar mejorar en el VO2max (volumen máximo de oxígeno por aire inspirado en un minuto) de entre el 20% y 30%.

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