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El Efecto del Ser Humano en los Ecosistemas Terrestres

¿Cuáles son las consecuencias de la acción del ser humano en todos los ecosistemas del planeta Tierra? ¿Qué efectos tienen sobre nosotros y el resto de seres vivos? ¿Hay una relación directa entre el efecto del ser humano y el cambio climático? ¿Pueden afectar a la supervivencia de las generaciones futuras?

 

Desde la Primera Revolución Industrial (S.XVIII), el ser humano ha evolucionado a pasos agigantados, en menos de 200 años se ha llegado a niveles que jamás se hubieran imaginado: tecnología, transporte, industria, innovación… Sin embargo, está rápida evolución tiene sus consecuencias negativas, tanto en el Planeta Tierra, como en todos sus ecosistemas. A continuación, se analizan algunos de los efectos y de las consecuencias del efecto del ser humano.

1.       Desertificación y Deforestación

Los árboles y las plantas son imprescindibles para la vida del ser humano y del resto de especies que conforman nuestro ecosistema, son los pulmones de nuestro planeta y por ello, debemos de pretender de conservarlos para poder seguir evolucionando. Hoy en día no estamos realizando las suficientes acciones para conservar la biodiversidad, desde 1990 hasta el 2015 se ha reducido la superficie de bosques en 129 millones de hectáreas a nivel mundial, se podría decir que cada año una superficie de bosques, comparada con la extensión de Panamá, se pierde.

La desertización es la perdida de fertilidad de una zona, para así convertirse en un espacio árido, todo ello debido a causas naturales; mientras que la desertificación, se considera la degradación y erosión del suelo, como consecuencia, directa o indirecta, de la actividad del ser humano. Para una mejor comprensión, la desertificación es una consecuencia de la deforestación, ya que los suelos de los bosques son húmedos, pero sin la protección de la cubierta arbórea, se secan rápidamente.  Sin árboles que desempeñen ese papel, muchas selvas y bosques pueden convertirse rápidamente en áridos desiertos de tierra.

2.       Contaminación y Gases de Efecto Invernadero (GEIs)

Desde la 1ª Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII hasta la actualidad, el ser humano no ha dejado de crecer y evolucionar en diversos campos: tecnológico, social, económico…, lo que permitió el paso desde una economía rural basada en la agricultura y el comercio, a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada. Sin embargo, todo ello tuvo un efecto negativo que parecía invisible a nuestros ojos, millones de gases y humos nocivos para la salud y los ecosistemas fueron expulsados y ascendieron hacia la atmósfera, quedándose establecidos en nuestro cielo.

El conocido “Efecto Invernadero”, es un proceso natural producido por la radiación solar y los gases que se acumulan en la atmósfera, los cuales permiten mantener una temperatura óptima en el planeta Tierra, se asemeja al funcionamiento de un invernadero convencional. Sin esta capa de gases, denominados “Gases de Efecto Invernadero (GEIs)”, la temperatura del globo terráqueo estaría alrededor de los -18ºC, por lo que sería imposible el desarrollo de la vida. Sin embargo, el efecto del ser humano ha roto con el ciclo natural del planeta, aumentando considerablemente la cantidad de estos gases, lo que ha propiciado que una mayor radiación permanezca en la atmósfera, aumentando considerablemente la temperatura global.

Estos gases se acumulan y tardan muchos años en disiparse, es decir, que por más que reduzcamos las emisiones, los gases seguirán incidiendo en la radiación solar, por ello, la temperatura del planeta ha aumentado en 0,85 ℃ desde 1880 a 2012 (1,1℃ en 2018) y se prevé que para 2100 pudiera llegar a un incremento de 2ºC. Esto tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente, aumento de la temperatura de los océanos, extinción de especies, enfermedades pulmonares… Todos estos factores influyen en la modificación del hábitat en el que viven los seres vivos y se denomina Cambio Climático.

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3.       Cambio Climático y Calentamiento Global

El calentamiento global es la causa del cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano, están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían. A continuación, se puede observar algunas de las consecuencias de este calentamiento del globo terráqueo:

-         La temperatura del planeta ha aumentado en 0.85℃ en menos de 130 años.

-         Este calentamiento global afecta muy seriamente a los océanos, estos se han calentado excesivamente durante los últimos años, lo que conlleva al deshielo de los polos de la Tierra, lo que provoca un aumento del nivel del mar. Desde 1901 a 2010, el nivel medio del mar aumentó hasta los 19 cm. Se estima que para 2065 este nivel incrementará entre 24-30 cm y para 2100 de 40-60 cm. Estos niveles son tan desorbitados, que actualmente existen países en crisis debido a que ya están teniendo problemas serios por inundaciones, como son Samoa, Vanuatu o el archipiélago de Kiribiati.

-         Como consecuencia del extremado calor y del aumento del nivel de los océanos, efectos devastadores afectan a todas las partes del Planeta Tierra: terribles incendios, fuertes precipitaciones intermitentes, sequías de ríos y lagos, al igual que el desbordamiento de estos mismos en otras zonas, huracanes cada vez más destructivos… En 2018, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), más de 35 millones de personas fueron afectadas por inundaciones y más de 1.600 muertes fueron consecuencia de incendios y olas de calor.

-         Unos de las peores consecuencias del cambio climático, es la pérdida de la biodiversidad del Planeta Tierra. El ecosistema de la Tierra se ha mantenido durante millones de años, es un perfecto equilibrio natural, en el cual cada parte de la cadena cumple su función para que todo funcione según requiera la naturaleza. El efecto del ser humano ha tenido efectos devastadores, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 26.197 especies animales y vegetales se encuentran en peligro de extinción.

4.       Escasez de Recursos Naturales

Como es de suponer, los recursos son y han sido esenciales para el desarrollo humano en lo que llevamos de historia. Los recursos más importantes y que provienen del Planeta, sin necesidad de intervención humana, son los considerados recursos naturales, durante años hemos aprovechado todo tipo de ellos y nos han permitido evolucionar hasta niveles que jamás se hubieran pensado, ellos son el principio de la cadena de cualquier proceso de producción y de ellos nacen todos los demás recursos. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), señala que la cantidad consumida de estos recursos excede en un 20% sobre lo que la propia naturaleza puede generar, y lo peor es que esta cifra no deja de aumentar. Si se continua a estos ritmos de consumo y producción, en 2050 necesitaríamos 2,5 planetas para poder disponer de todos los recursos naturales para poder sobrevivir. A continuación, se enumeran y se explican algunos de los recursos naturales más importantes que están en peligro de acabarse:

-         Recursos hídricos: no es coincidencia que se haya posicionado en primer lugar al agua, y es que es el problema más importante y que más atención requiere a corto plazo. En 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua y dos terceras partes de la población mundial podrían hacerlo en condiciones de estrés hídrico.

-         Combustibles fósiles (Carbón, Petróleo y Gas): todos estos recursos, como bien se sabe, se utilizan, principalmente, para producir energía a parte de otras muchas aplicaciones. Se calcula que, en 2017, alrededor de un 80% de la demanda mundial de energía son suministrados por este tipo de materias, pero no debemos olvidar los contaminantes que son, ya que son los principales emisores de GEI. No es solo la contaminación que generan los combustibles fósiles, tanto en bruto como transformados, sino que como hemos mencionado, estos bienes son limitados y algún día desaparecerán, para ser más concretos este es el tiempo aproximado que le queda a cada uno de ellos: Carbón (180 años), Gas Natural (70 años) y Petróleo: (50 años).

-         Minerales no energéticos: al igual que los combustibles fósiles, los minerales se han ido formando durante millones de años, mediante numerosos procesos geológicos. Los minerales tienen millones de aplicaciones tecnológicas e innovadoras, que se utilizan en diferentes sectores como la sanidad, el transporte, el suministro eléctrico, en la construcción... Los minerales que más se utilizan hoy en día son: el Mercurio, el Cobre, el Aluminio y el Hierro, estos dos últimos son dos de los que más cantidad hay en el planeta, sin embargo, el Mercurio y el Cobre no tienen reservas tan extensas.

 

5.       Consumismo y Sobreproducción. Generación de Residuos

La reducción de los recursos de La Tierra se está acelerando, y como se ha podido comprobar, muchos de ellos son limitados, es decir, algún día se acabarán. La sobreexplotación de estos recursos se debe, en primera instancia, al gran consumismo de las generaciones presentes de seres humanos, el comprar por comprar está a la orden del día, independientemente del uso final que se le vaya a dar, de la duración de dicho producto o de si realmente es necesario o no, pero no todo finaliza aquí, después de que un producto haya sido usado y no tenga más utilidades o quizás haya sido sustituido por otro de mejores características, este, que ya no sirve, se convierte en obsoleto y a su vez en un residuo, que, dependiendo de los materiales que lo componen, afectará en mayor o menor medida al medio ambiente. Hoy en día, se emplean aproximadamente un 50% más de recursos que 30 años atrás, y este aspecto se agravará en los próximos años si se cumplen las estimaciones de población mundial en 2050 (9.600 millones).

Todo este proceso, da lugar a una generación de residuos desmesurada, donde cada producto que pierde su función principal o ya no es útil, se desecha. A continuación, podemos observar un análisis que realiza el Banco Mundial (2018) sobre el informe What a Waste (2018): En 2016, en el mundo se generaron 242 millones de toneladas métricas de desechos de plásticos, que representan el 12 % del total de desechos sólidos municipales. Alrededor del 90 % de la basura marina son residuos de plásticos, de los cuales aproximadamente el 62 % corresponde a envases de bebidas y alimentos. Aunque los plásticos se han producido masivamente por solo cerca de 60 años, permanecen en las aguas abiertas durante décadas e incluso siglos. La situación actual, añadido a factores como el aumento de la población y el incremento de la economía, hacen estimar que en los próximos 30 años estos números aumenten en aproximadamente un 70%.

 

La situación actual del planeta es preocupante y con el paso del tiempo las consecuencias serán peores y se podrán notar con mayor facilidad. Actualmente, muchos científicos y expertos expresan que nos encontramos en un punto de no retorno, incluso los más negativos, nos explican que habrá muchos aspectos que no se podrán revertir. Sin embargo, está sólo en nuestras manos cambiar y orientar el camino del ser humano hacia un desarrollo sostenible, permitiendo a este crecer y evolucionar, pero sin poner en riesgo la existencia de generaciones futuras.


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