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NUTRICIÓN SALUDABLE

Por Miruxi Bilbatua

Adaptarnos al cambio. Mantener el equilibrio gracias a los adaptógenos


El estrés crónico, conocido como la enfermedad del siglo XXI, atribuído según los expertos al estilo de vida tan frenético de la actualidad, se sabe que a largo plazo puede tener graves efectos en nuestra salud. Desde dolores de cabeza, problemas estomacales, aumento de peso y riesgo de enfermedades relacionadas con la inflamación, incluyendo aquellas de corazón e incluso cáncer. Hemos llegado a un punto en el que nunca estamos realmente activos, pero tampoco totalmente relajados. Nos cuesta levantarnos por la mañana y dormirnos por la noche.

Pero… ¿Y si existiera algo que nos ayudase a activarnos cuando estamos fatigados y nos relaje cuando estamos ansiosos? ¿Algo que nos estabilizara y optimizara nuestro proceso de adaptación al estrés?

¡Bienvenido al mundo de los adaptógenos!

Igual has escuchado o leído este término en las redes sociales o en alguna revista y es que parece estar de plena actualidad. Sin embargo, ni mucho menos es un término nuevo, ya que han existido a lo largo de décadas (ya utilizados durante la Guerra Fría para conseguir un mayor rendimiento de los soldados y productividad de los trabajadores).

¿Qué son y cómo utilizarlos?

Los adaptógenos son plantas medicinales que ayudan a nuestro organismo a adaptarse a distintas circunstancias que nos ocasionan estrés contribuyendo a regular el azúcar en sangre, las hormonas, la presión arterial y reforzar el sistema inmunitario.

Lo que diferencia un adaptógeno de cualquier otra sustancia o fármaco es su bidireccionalidad, ya que pueden calmar un sistema hiperactivo a la vez que reforzar un sistema alicaído. Su acción debe adaptarse a la situación y mejorar la respuesta en ambos sentidos.  

Efectos y Adaptógenos más populares

Los efectos más populares que se pueden esperar al suplementarnos con adaptógenos son:      

Más resistencia al estrés - Mejor descanso  -  Menos fatiga y cansancio      

Menor ansiedad   - Regulación del metabolismo   -   Mejorar la concentración

A continuación, te proporcionamos una lista de los adaptógenos más populares para que puedas comenzar a incorporarlos según tus necesidades:

1-Ashwagandha: Ya conocido y utilizado en la Medicina Ayurveda con el nombre de Withania, ha demostrado ayudar a combatir el estrés y la ansiedad, así como lidiar contra la glucemia, la función tiroidea, aumentar la testosterona y mejorar el rendimiento aeróbico. Posee propiedades anticancerígenas y es muy efectiva contra la artritis por su gran capacidad antiinflamatoria.

2- Ginseng: También conocido en Medicina Ayurveda, es muy efectivo como tónico para reducir la fatiga, reforzar el sistema inmune, prevenir enfermedades respiratorias, así como mejorar el rendimiento físico y mental, aumentar la fertilidad y regular el ciclo menstrual.

3- Reishi: Muy utilizado en Medicina China y conocido como `el hongo de la inmortalidad´ por sus numerosas propiedades medicinales. Famoso por sus propiedades antihistamínicas, antiinflamatorias, regulador del sistema inmune, combatiendo las alergias, fatiga, trastornos del sueño y mejorando la digestión. Ha sido ampliamente estudiado por su capacidad para combatir el cáncer.

4-Rhodiola: Valorada por los vikingos para energizar a sus guerreros, produce gran sensación de bienestar asociada a un mejor rendimiento físico y mental.

Numerosos estudios recientes confirman su capacidad para reducir los efectos del estrés, la fatiga y la depresión, además de reducir los tiempos de recuperación muscular en deportistas.

5- Maca: Originaria de los Andes y cultivada en Perú. Ya utilizada por los guerreros incas para aumentar su vitalidad y resistencia, es conocida por su potencial afrodisíaco. Tradicionalmente se ha utilizado para mejorar el deseo y rendimiento sexual, así como potenciar el rendimiento deportivo.

A lo largo de la historia los adaptógenos han demostrado ser sustancias seguras, pero es importante recordar que ningún superalimento ni planta medicinal, por muy exótica o novedosa que sea, puede reemplazar la comida real.

Si tu alimentación es deficiente, ninguna alimentación milagrosa te curará o mejorará tu estado anímico. Así como si tu vida consiste en un estrés constante, deberás reevaluar tus prioridades o ayudarte de herramientas psicológicas que te ayuden a enfrentarte a ello. No olvidemos que la actividad física es una gran aliada contra el estrés, así como técnicas de relajación y meditación.

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